A un olmo seco, de Antonio Machado

23.12.2013 08:36

 A UN OLMO SECO

  Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo 
algunas hojas verdes le han salido.

  ¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento.

  No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores.

  Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas.

  Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas en alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas,  
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.

 

4 de mayo de 1912

Tema: A un olmo seco, de Antonio Machado

Comentario del poema

Fecha: 09.01.2014 | Autor: El profesor

El poema solo se comprende si tenemos en cuenta las circunstancias por las que atravesaba el poeta aquella primavera soriana de 1912. ¿Por qué Machado se emociona ante el brote en el tronco seco del olmo? ¿Qué representa el olmo y qué representa el brote?

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